Históricamente distintas instituciones religiosas han manipulado personajes históricos y espiritualidades para imponer control y violencia. Desde el siglo XVIII hasta 1996 en el contexto de Irlanda la iglesia Católica mantuvo abiertas y funcionando las Lavanderías de las Magdalenas, instituciones destinadas a supuestamente “acoger” a las llamadas "mujeres caídas”; madres solteras, trabajadoras sexuales y niñas que habían sido abusadas, que bajo un discurso paternalista y de caridad, eran encerradas y obligadas a trabajar lavando las sábanas de otras instituciones así como la ropa de la oligarquía. Aisladas de sus comunidades, separadas de sus propios hijos como castigo y con su fuerza de trabajo explotada, las mujeres irlandesas disidentes al mandato patriarcal resistieron mediante su memoria y su actual denuncia a dicha violencia. Esta política de violencia hacia las mujeres ha continuado en el contexto de Europa, ahora infligida a través del racismo institucional hacia madres migrantes controladas por los Servicios Sociales, que bajo un discurso paternalista, son separadas de sus hijos mediante leyes racistas, clasistas y machistas.

La serie de estandartes reivindican a figuras religiosas como María Magdalena y la Virgen María como lo que fueron; una trabajadora sexual y una madre soltera, reconciliando la espiritualidad cristiana con la realidad de aquellas mujeres que históricamente han sido perseguidas y abusadas por el poder, además de crear una serie de imágenes que forman una narrativa trenzada entre la experiencia de las mujeres irlandesas sometidas en las Lavanderías de las Magdalenas y la situación de las mujeres migrantes que resisten a la violencia del racismo institucional contemporáneo.

Los estandartes fueron presentados por primera vez en Sirius Arte Center en la ciudad de Cork, Irlanda.

2021 · Oleo sobre lienzo cocido sobre tela · serie de 4 estandartes. 150cm x 400cm (medidas aproximadas por cada pieza)